
Mirad, en un país en el que
curiosamente gusta mucho demostrar de titulación y conocimientos, cosa que también
se traslada al mundo de la arquería. ¿Quién no ha estado en una línea de tiro y
alguien que no conocia le ha aconsejado?, es curioso como la gente no le da la
importancia que debería de tener a la formación. "Yo ya se" pensará alguno "A mí no me hace falta que me enseñen" podría opinar otro.
Pero no es hasta que no estás en un fín de semana como el que pudimos vivir los
días 15 y 16 que te no das cuenta, como club, lo mucho que uno tiene que
aprender.
Cuando este club nació hace
poco menos de 4 años, una idea se tenía clara en mente, no parar de
evolucionar. Ser inconformista en todo momento. No quedarse estancado. De
hecho, como decía el escritor Malcom Muggeridge "solo los peces muertos
van a favor de la corriente". Pasan los meses y ves como el club va
creciendo. Creciendo en socios. Creciendo en instalaciones. Creciendo en títulos.
Piensas que ya no hay nada más que aprender. Lo estas haciendo todo bien, de forma perfecta podrías
pensar... Pero esa idea cambia cuando puedes participar en uno de estos
seminarios. Ya en Febrero, en el seminario que pudimos disfrutar con Patrizio
Hofer, Alberto Blázquez y J.P Deloche, (que tres grandes personas que nunca
pierden la sonrisa) aprendimos lo mucho que nos quedaba por mejorar. Febrero
nos cambiaba y nos quiso hacer mejores. Nos enseñó lo mucho que nos quedaba por
aprender. Y este fin de semana de septiembre, volvimos a aprender la misma
lección. Cuanto nos queda por mejorar.

Como
resumen del fin de semana, recordar las dos reflexiones a las que llegamos en
febrero y que este fin de semana nos ha ayudado a refrescar. La primera, es
que algo tiene que cambiar, como clubs tenemos que cambiar. Escuchar. Aprender.
Mejorar día tras día. Si queremos que la arquería sea más grande en el futuro
algo tiene que cambiar. Tenemos que conseguir que los jóvenes arqueros tengan
que dejar de mirar a competiciones del extranjero, como las Vegas o Nimes, y
que en su propia tierra puedan sentirse orgullosos de sus competiciones. Que
desde fuera se mire a nuestra tierra y sean ellos lo que quieran venir a
nuestras competiciones. La segunda reflexión, es que deberíamos de ser
conscientes de la suerte que tenemos. Es raro que en un deporte se pueda disfrutar
de la cercanía de deportistas de primer nivel, que te hablan de tú a tú sin
sentirse importantes. Sin sentirse diferentes. Y tenemos que aprovechar esto
para seguir mejorando. No vaya a ser que un día lo perdamos y nos arrepintamos de lo que podría haber
sido.

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